El desarrollo sostenible propone todo aquello que la educación debe aportar: realismo y utilidad; que la escuela sea, definitivamente, escuela para la vida, escuela que nos sirva para ir superando dificultades personales, sociocomunitarias, intelectuales y afectivas, con las que el hombre se irá encontrando, paso a paso, en los vericuetos de su oficio de vivir. La educación para el desarrollo sostenible parte de un todo estructurado que supone una sistemática ideológica, moral y axiológica, que conforma un sistema de educación con una identidad definida