Este libro nace de la voluntad, por parte del autor, de poner en su propia vivencia de la espiritualidad ignaciana, que le ha supuesto, por una parte, la gracia de la experiencia personal y, por otra, la confirmación de que los Ejercicios en la vida diaria son útilies para todos aquellos que poseen una profunda semilla de contemplación; para los que tienen la gracia de vivir la vida como historia de salvación; para los que sienten la necesidad y la esperanza de la liberación, y para los que gustan de ponerse en oración y perseverar en ella.