Durante la Guerra Civil (1936-1939) la integridad del patrimonio histórico-artístico español se vio seriamente amenazada como resultado de la conjunción de una serie de factores de carácter político, social, cultural y económico. El libro que aquí se presenta analiza tanto su destrucción y disgregación como las medidas desarrolladas para protegerlo y conservarlo a partir del estudio de las políticas culturales puestas en marcha por las autoridades republicanas y las fuerzas rebeldes. Sus diferentes concepciones sobre la cultura y su función social ayudan a explicar las diferencias existentes entre las políticas perfiladas en cada retaguardia y su grado de eficacia. Un aspecto en el que también resulta esencial el perfil y el grado de implicación de los hombres y mujeres que trabajaron en las labores de salvaguardia. Personas que, en muchos casos, pusieron en riesgo sus vidas y sus carreras con el único objetivo de preservar la herencia cultural española.