En las páginas de este diario, el distinguido historiador de las religiones retrata a sus amistades, intelectuales y artistas de todo el mundo: Teilhard de Chardin, Henri Michaux, Georges Bataille, Georges Dumézil, Henry Corbin, Ionesco, Brancusi, Cioran, Papini, Jung, Borges, Benedetto Croce, Jünger, y muchos más. Los recuerdos rumanos, la tristeza, la alegría y la nostalgia transforman el diario en la historia apasionante de un hombre, y en un documento de proyección internacional. Este diario de un filósofo es también el de un poeta cuya fuerza espiritual y confianza en el poder creativo del espíritu irradian en todas sus páginas.