Un joven de 19 años marcha al frente de la Primera Guerra Mundial movido por la sed de aventuras. Pronto encontrará el infierno: compañeros desventrados, poblaciones arrasadas, una maquinaria de devastación. Toda vida puede quebrarse en cualquier momento. Efectivamente, tras unos meses de instrucción militar, el jovencísimo Jünger, soldado voluntario, cruzó la frontera de Luxemburgo y entró en combate. Desde entonces, y casi a diario, relató en sus cuadernos su participación en una contienda que diezmó a una generación entera. Jünger trata de observar lo que le rodea con la fría curiosidad de un entomólogo, pero no tardan en surgir sentimientos.