En el año 2006, celebrábamos el centenario del nacimiento de uno de los hombres cuyo pensamiento más más ha fecundado el quehacer teológico de la segunda mitad del siglo XX. Sin embarbo, cualquier acercamiento a la comprensión de Bonhoeffer pasa por integrar vida y pensamiento, puesto que la suya fue siempre una "teología de rodillas" interpretada y encarnada desde el seguimiento de Jesús y la militancia en la Iglesia. Esa y no otra, es la clave hermenéutica que nos permite situarnos en el lugar de observación correcto para acoger su visión del cristianismo.