El título ya es significativo. Nos sugiere que la figura de Don Bosco tiene una cara conocida, la de convivencia y los recuerdos, de lo que nos dijeron de viva voz los testigos presenciales. Pero hay otra cara, la que se dibuja desde la reflexión, los datos de libros y archivos. Aquí el lector se encontrará con una especie de Don Bosco de doble cara. Ambas conjuntadas nos dan la imagen real, histórica, completa, de Don Bosco. Este Don Bosco aparece más cercano, más asequible a las personas de la multitud, que formamos casi todos nosotros. Pero no pierde el tirón hacia la excelencia, que él se esforzó por cultivar durante toda su vida. El método utilizado será la presentación desde la anécdota. A veces se llega a la categoría, pero serán las menos veces.