Después de publicar una inmensa cantidad de cuentos, Chéjov se decidió a escribir una novela, pero no una tradicional sino una de género policial, tal vez la primera en Rusia. La tituló Un drama de caza y nos revela a un escritor diferente, distinto del que fue antes y también al que fue posteriormente. Nos muestra una Rusia en tinieblas, una espiritualidad maléfica, una atmósfera de letrina y un subfondo brutal. Sus personajes y circunstancias están hechos de delirios, de crueldad, de complejas frustraciones.