Albores del siglo XX. En un mundo rural enterrado entre montañas, Nicanor descubre que puede convertirse, a pesar de sus propias taras y las de la sociedad que lo encasilla, en el amo del tiempo. ¿Alguien en esta tesitura se atreve a ser el amo del tiempo? El tiempo se tiene, se consume, se regala, se roba, se gasta, se malgasta, se emplea, se empeña, se pierde y, al final, termina extinguiéndote, pero no extinguiéndose. Y crees estar jugando con él mientras pausado y exacto se limita a verte pasar por sus esferas.