Hace unos 2000 años un grupo de pescadores de Galilea se encontraron con la tarea más trascendente de la historia humana. Para realizar el encargo de su Maestro, crucificado y resucitado, se propusieron llevar su noticia a todos los hombres. Uno de ellos, Santiago, acompañado de cuatro jóvenes, marchó a llevar esta noticia hasta el fin de la tierra; llegó a la ciudad de Iria y allí consiguió ser escuchado por un pequeño grupo de personas. La tumba de aquel aventurero judío, se convertiría en el fundamento de un Camino sobre el que, recorrido por millones de peregrinos, se forjó la identidad europea.