Con este liviano ensayo pretendo dar información a los socios católicos que aún tienen “acciones preferentes” en esta empresa que es la Iglesia Católica, para que la valoren y actúen en consecuencia. Cuentan que es pecado defender la doctrina del infierno eterno ya que, como dicen los teólogos más iluminados y modernos, o existe Dios o existe el infierno. Juntos no pueden existir, porque ni el padre más brutal y vengativo sería capaz de condenar a un hijo a un castigo eterno sin posibilidad de retorno. El infierno sería la mejor prueba de la no existencia de Dios. Mientras discutimos si Dios existe o no, la Iglesia mantiene sus colegios en los que la fe en Dios es el fundamento, mantiene sus ritos iniciáticos de bautismo-comunión-boda-entierro, atrapando con ellos a los fieles en su redil.