Para conseguir eliminar los obstáculos que se oponen a que Floriano se case con Lucrecia, desencadena éste toda una serie de disfraces, confusiones, enredos, cambios de identidad, que van complicando la trama hasta quedar finalmente desatada, y conseguido el objetivo del triunfo del amor individual y voluntario. Hasta ese final feliz, se suceden una gran variedad de escenas en las que destaca un Lope ya en poder de una gran técnica compositiva. Alguna de estas escenas rebosan gracia y ambigüedad, como la lección de escritura en la que domina una atmósfera erótica que recuerda La Celestina