El sueño de la razón productivista nos hizo creer que el desarrollo sin freno ni límite de la tecnociencia nos haría más cabales, más justos, más humanos. [?] Sin embargo, la crueldad, la sevicia y la estupidez se han mostrado perfectamente compatibles con nuestro estadio de desarrollo material. La imparable automatización, la lucha sin cuartel contra la naturaleza y la cultura del dinero han perfilado una civilización que tras la última catástrofe no titubea en ir siempre más allá. Esta civilización de la irresponsabilidad, del pensamiento binario y de la pérdida de la experiencia es la civilización de la máquina», expone Michel Suárez en este manojo de pequeños ensayos en los que despliega una erudición portentosa y la heterodoxia más fresca para ofrecer al lector una impugnación radical y ramificada del Maelstrom contemporáneo; un rotundo no camusiano al imperio de la competencia, la astucia, la codicia, el pragmatismo y el utilitarismo. Bebedor voraz de la fuente griega que ensalzara su admirada Simone Weil, ávido lector de Montaigne, Gracián o Ruskin, cinéfilo empedernido, Suárez, cuyo pensamiento entronca con la tradición libertaria pero se deja atravesar de toda clase de otras influencias ?y particularmente de las advertencias sobre el reverso tenebroso del progreso que después de la Revolución francesa enunciaran los no siempre bien llamados reaccionarios?, ofrece a través de estos escritos un monumento alzado al ocio frente al negocio, a lo bello frente a lo útil, a lo lento frente a lo inmediato y a los hijos de Ludd frente a los adoradores y adoratrices de la esclavitud tecnológica.