¿Te has preguntado dónde van a parar las cosas que perdemos? ¿Hay un lugar para lo que olvidamos? A través de una ilustración enigmática y un texto evocador, nos adentramos con el protagonista en un mundo lleno de misterio. No se trata de un miedo visceral, es una atmósfera cargada de presagios, de silencios, que no sabemos interpretar y que rodean al lector. Esto también nos da miedo: la aceptación del enigma en nuestra vida cotidiana, de lo inexplicable en nuestras relaciones diarias.