El inspector Pildorín y su asistente Rodolfo Valentín Pásmez se creen los mejores en la lucha contra el crimen organizado. Pero el comisario Gruño Constantín no opina lo mismo, y en castigo por los continuos desastres que provocan sus dos agentes les destierra a la comisaría más insignificante y cochambrosa de todo el país. Allí no podrán hacer daño alguno. ¿O sí...? Pildorín y Pásmez van a tener la oportunidad de conocer a Toño, Edu y Luis, unos ladrones muy peculiares y un poco chapuceros que tratarán de hacerles la vida imposible. Y eso no es lo peor: los dos intrépidos agentes son enviados en misión especial al palacio de la reina Matilde. ¿Sobrevivirá la realeza a los disparates de Pildorín?