Los jardines han sido siempre lugares de representación: en ellos se mostraban estatuas y edificios y se representaban obras teatrales. El jardín mismo actuaba como un instrumento artístico destinado a representar ideas (la Naturaleza, el Mundo, el Poder). Esto mismo sucede en las técnicas de representación del jardín: la pintura, el grabado, la fotografía y el cine. Las imágenes así producidas remiten a una realidad que ya es representación. Este libro analiza la relación entre el jardín y su representación desde esta doble perspectiva, basándose en una rica y variada documentación iconográfica.