Allí donde nacen todos los caminos había un pueblo. El pequeño Pollo creció deprisa y pronto se hizo un Gallo tenor. Pero el tiempo pasó y el Gallo comenzó a lamentarse. Entonar siempre la misma canción resultaba aburrido, así que decidió cantar para oídos más exquisitos. A la salida del sol emprendió un viaje en busca de su propio camino.