Los cuentos de Fontanarrosa son historias para reír. Pero a veces, como un relámpago, y quizá sin que él se percate, relampaguean una mueca de poeta o una sentencia de pensador. En algunos cuentos se muestra como parodista inclemente. En otros se alimenta de las referencias de la cultura popular de nuestro tiempo, extendida en el cine, las canciones, los cómics, el turismo de masas.