El padre de Juan José Millás tenía un taller de aparatos de electromedicina. Al recordar un momento en qué su padre estaba probando un bisturí eléctrico sobre un filete, comprendió que la escritura, al igual que el bisturí, cicatriza las heridas en el mismo instante de abrirlas. De esta revelación nació El mundo, para cicatrizar una herida que se abrió cuando su familia emigró de Valencia a Madrid. Ese día, nació una obra maestra.