Publicado por primera vez en Londres en 1924, el presente libro muestra una de las facetas más desconocidas de Robert Graves: la de su interés por las cuestiones psicológicas. Obra de juventud, no es, no obstante, una obra primeriza: antes de El sentido de los sueños, Graves ya había dado a la imprenta un estudio sobre poesía inglesa y al menos ocho libros de poemas. En sus páginas se entrevé ya al erudito, se aprecia su ponderada capacidad crítica y su sentido poético, y sorprende su precoz madurez intelectual, esa madurez que le llevaría a escribir, tan sólo cinco años después (a los treinta y cuatro, por tanto), Adiós a todo eso, su memorable autobiografía. El sentido de los sueños se plantea como una revisión de la doctrina freudiana acerca de los sueños. Su motivación parece ser, en buena parte, autobiográfica: como tantos otros soldados, tras la experiencia traumática de la Primera Guerra Mundial, Graves padeció durante varios años la neurosis de guerra, psicopatía que le causaba pesadillas crónicas. La neurosis le llevó a entrar en contacto con el doctor Rivers, de Cambridge, cuyo trato estimuló sus propias indagaciones en el terreno del psicoanálisis. Si además se tiene en cuenta el vínculo que la tradición ha establecido desde antiguo entre el sueño y la creación poética, se comprende que la mente de Graves no pudiera resistirse al desafío de descifrar el enigma de la vida onírica.