El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo xix. Secuela del contundente fin que impusieron al «trienio liberal» los «Cien mil hijos de San Luis», objeto del episodio anterior, EL TERROR DE 1824 contribuyó a mantener el régimen fernandino, persiguiendo implacablemente los brotes de pensamiento liberal. Pasada la época de las grandes gestas populares, la acción -nuevamente situada en Madrid como escenario- se dispersa en hechos menores, de un heroísmo distinto: la conspiración y la muerte por un ideal.