Malaparte fue el único corresponsal que estuvo en la primera línea del frente ruso en plena guerra mundial, lo que le permitió ofrecer un testimonio de valor incalculable sobre la campaña soviética, en particular de la operación Barbarroja y el cerco de Leningrado. Mientras refleja la confrontación de dos ideologías propiamente europeas, el autor incide en las tragedias humanas que esconden las grandes acciones bélicas.