En 1897, Menéndez Pelayo dictaminó que la novela realista empezó en 1870, con «La Fontana de Oro», de Galdós; y durante más de cien años los especialistas se han plegado servilmente a tan arbitraria opinión. Desde el ochocientos las novelas más literarias de Galdós son conocidas como sus «Novelas de Costumbres Españolas Contemporáneas». Pues bien, a partir de 1840, cuando el movimiento realista en realidad empezó a cuajar, hasta fines del siglo, casi todas las novelas de tema actual e inmediato -es decir, realistas- usaban variantes del subtítulo entonces estándar «Novela de costumbres contemporáneas españolas»; y designar esas treinta novelas de Galdós, como suele hacerse, no es sino decir que pertenecen a la escuela novelística que se lanzó treinta años antes que él publicara su primera obra narrativa. En 1845, Ayguals afirma que la labor del novelista es " eslabonar hábilmente la fábula con la realidad " ; y al año siguiente Antonio Flores identifica esto como realismo fotográfico, pues se trata de " retratar la sociedad al daguerreotipo " . En 1849, Jacinto de Salas y Quiroga nos da el primer nombre para el salto atrás: " escena retrospectiva " . La teoría y la terminología del realismo observacional sistemático moderno se remontan al pensamiento de la Ilustración, y es anacrónico suponer que un realista tan tardío como Galdós nos diera todo esto reunido y elaborado en su primera novela, por muy grande que fuera su talento. Se confirma el lugar de Ayguals entre los fundadores del realismo estudiando las técnicas de sus dos primeras y mejores novelas.ÍndicePrefacio; Capítulo 1. Introducción: Novelas de costumbres contemporáneas/novelas realistas; Capítulo 2. Contenido argumental de las novelas de María; Capítulo 3. El universo urbano de María Godínez; Capítulo 4. Personajes universales planos; Capítulo 5. Dos encarnaciones novelísticas y un perdiguero ejemplar; Capítulo 6. Los protagonistas y sus logos; Capítulo 7. La poética del argumento plurimembre.