Además de ser un maestro de la divulgación científica e histórica, Isaac Asimov fue un gran narrador de ciencia ficción, género que concebía como una respuesta literaria a los cambios científicos de la época que debía abarcar la escala completa de la experiencia humana, desde los sentimientos amorosos a los conflictos trágicos. Integrado en su mayor parte por relatos de intriga (sólo dos de los catorce cuentos de que consta escapan a tal clasificación), " Estoy en Puertomarte sin Hilda " sirvió a Asimov para renovar este género de forma brillante y sustancial, combinándolo con la ficción científica, pero sin abandonar nunca su convención básica: la lealtad del autor hacia los lectores, que pueden encontrar en el texto las posibilidades de anticipar el desenlace gracias a las pistas y datos que se le suministran.