«Ahí están, con el boli en la boca y un libro en la mano, sentados (más o menos) frente a la mesa del salón o el pupitre del colegio. Dicen que están estudiando. Tal vez. Abren el libro, leen, subrayan, pero no parece que tengan intención de aprender. 'Cumplen' con el estudio, pero no aprenden a conocer la realidad con toda su fascinación y misterio. [...] ¿Quiénes son? Muchos de nuestros alumnos, algunos de nuestros hijos. [...] ¿Qué se puede hacer?». Rosario Mazzeo conoce bien las variadas dificultades con las que los alumnos, los profesores y los padres se encuentran cuando deben afrontar el estudio. Pero también sabe por experiencia que se puede intervenir y cambiar la situación. Por medio de cartas, mensajes y conversaciones nos hace descubrir que es posible estudiar con gusto, y nos comunica un método para conseguirlo. Un libro dirigido a todos los que se enfrentan con esta dificultad: a los padres, a los maestros y, también, a los estudiantes.