Hacer filosofía del imperio significa en primer lugar confrontarse con la tradición filosófica: por ello, a lo largo de este libro se suceden las visiones críticas, racionalizadoras, justificadoras, proféticas o quiliásticas sobre el Imperio que atraviesan la historia de la filosofía de la política. Se ha pretendido, también, delinear una suerte de lógica operativa del Imperio que pivota sobre algunos conceptos cruciales.