Si Flashman no hubiera hecho caso a la zalamerías de cierta mujerona, la historia de EEUU no sería como hoy la conocemos. Pero en tal caso no tendríamos oportunidad de leer una de las más divertidas y emocionantes aventuras jamás escritas. Afortunadamente, Flashman es incapaz de resistirse a la más mínima tentación, y estuvo en el momento más inoportuno en el lugar más inapropiado: en Harper's Ferry, justo cuando John Brown y sus fanáticos secuaces están a punto de dar el disparo de salida a una guerra civil americana.