El rápido desarrollo en los últimos años de la fracturación hidráulica o hidrofracturación ??fracking?? y el éxito alcanzado, sobre todo en Estados Unidos, en cuanto a su contribución significativa a las necesidades energéticas del país, ha generado una gran expectación y ha abierto las posibilidades de su utilización en otras partes del mundo. Desde el enfoque de la protección al medio ambiente, se han planteado grandes controversias y una elevada polarización de las posturas entre los que avalan o cuestionan esta tecnología. Estos planteamientos parecen irreconciliables, en su apoyo se citan organismos oficiales de diferentes países y en el ámbito internacional, investigadores y empresas implicadas en el desarrollo de la tecnología. Entre los detractores se encuentran aquellos que reclaman estudios adicionales, mayores garantías y regulaciones más específicas; también instituciones oficiales, investigadores y grupos independientes de ciudadanos y ecologistas. Quizás, lo más destacable de la situación sea la sorprendente falta de datos