Es breve la relación de mujeres medievales que resistieron el paso de su tiempo sin caer en el anonimato y la servidumbre. Son aquellas cuyos nombres hicieron historia. Algunas ciñeron corona y fueron mujeres de paz, otras engendraron familias religiosas que han perpetuado su figura y su escuela de santidad. Las han llamado mujeres de luz, trovadoras de Dios... Entre estas mujeres se encuentra la que recibió nombre de luz: Clara de Favarone, Clara de Asís, santa Clara. Su guía, columna y consuelo tiene un nombre: san Francisco de Asís. Son dos luces proféticas capaces de iluminar la búsqueda de muchos. La luz que brilla en Francisco y Clara prendió en la misma llama del cirio que brilla en la noche pascual. Su relación fraterna es indescriptible, porque no es nacida de la sensibilidad ni de la carne, nace en esa profundidad pura del ser donde trabaja y transfigura el Espíritu del Señor.