Siempre se ha contemplado a Francisco de Asís como un pregonero de la paz, como una persona a quien recurrir para ofrecer un horizonte pacífico a las violencias individuales y colectivas. Viene a cuento volver a Francisco de Asís, porque la esperanza de paz que surgió con la caída del muro de Berlín y con el final de la guerra fría ha desaparecido de nuevo. Este ensayo se divide en dos partes. La primera trata de la doctrina y los signos de paz más sobresalientes de Francisco de Asís. La segunda versa sobre varios aspectos que se derivan de las actuaciones de Francisco, tratados de una forma sistemática: la fe en Dios como fuerza de paz; la comunidad cristiana, transmisora del valor de la paz, enseñada y vivida por Jesús; además, la paz hay que plasmarla en la cultura, y, dentro de ella, en la educación. Y de la cultura hay que pasar a la política, que es la que debe realizar la tarea de socializar y universalizar la paz.