En la Edad Media, un conde que supo vivir en el mundo, dedicado a Dios. Y la historia empieza así: 'Olvidado y eclipsado por otros santos homónimos que le sucedieron en el tiempo, san Geraldo o Gerardo de Aurillac se convirtió en un auténtico referente laical en la Edad Media, promovido por los monasterios ya desde el siglo X, en el momento de la reforma cluniacense y gregoriana...'