Una familia de la ciudad de México despierta, a principios de los años ochenta, sin posibilidad de bañarse ni cocer los alimentos. En esta novela, construida con sencillez y agilidad, Leñero retrata en primera persona las vicisitudes con albañiles y vendedores de tinacos, en una delirante aventura cotidiana que relata los problemas por la escasez del vital líquido en las grandes urbes.