La publicación en 1956 de GRAN SERTÓN: VEREDAS supuso no sólo una auténtica revolución en la literatura brasileña, sino un hito en las letras del siglo xx. Elaborando una personalísima mezcla lingüística entre el dialecto de Minas Gerais y el portugués culto -trasladada al castellano de forma admirable en esta versión por Ángel Crespo-, y sirviéndose del monólogo de su protagonista, Riobaldo -un jagunzo, mezcla de bandolero y soldado, que desarrolla sus actividades por el interior del sertón al servicio de los grandes potentados de la región-, JOÃO GUIMARÃES ROSA (1908-1967) construye, como sugiere en el prólogo al volumen Antonio Maura, una de las inquisiciones literarias más notables en torno a la preocupación del hombre por su destino en un mundo dominado por la presencia constante y amenazadora del Mal.