Henri Caffarel (1903-1996) fue un "profeta del siglo XX", según declaraba el cardenal Lustiger. Porque desde su juventud fue un hombre cautivo de Dios y porque dijo sí a la llamada divina. Su vida encontró su orientación en marzo de 1923, cuando tuvo un "encuentro" con Cristo: sería sacerdote para llevar a hombres y mujeres de su tiempo hacia la misma experiencia de Dios que él había tenido