Llamó ave de rapiña al arzobispo de Colonia, predicó en los mercados ante las masas entusiasmadas como antes sólo se habían atrevido a hacer los herejes e incluso siendo una octogenaria supo plantar cara a las arbitrariedades de la jerarquía eclesiástica. Hildegarda de Bingen fue una de las figuras más fascinantes del s. XII. Muchas cosas que Hildegarda de Bingen hizo y escribió fueron inauditas para su época: mantuvo correspondencia con Papas, gobernantes, obispos, con los reyes y con mujeres que necesitaban su consejo. Hildegarda desempeñó numerosos oficios a la vez: era poetisa, naturalista, boticaria y dirigía simultáneamente dos abadías. La biografía de esta extraordinaria mujer escrita por Christian Feldmann, llevada a cabo con un buen conocimiento histórico y estilo palpitante, se atreve a mirar hacia el lejano siglo XII haciendo evidente la actualidad de esta figura.