La inmensa mayoría de los madrileños ha frecuentado la Casa de Campo, si bien no son tantos los que conocen a fondo la importante historia de este parque. Desde el Felipe II adquirió en el siglo XVI la casa de Vargas han pasado más de cuatro siglos y medio, durante los que la Casa de Campo fue, primero, lugar de recreo de los sucesivos monarcas y, durante el último siglo, un parque cada vez más integrado en la ciudad visitado por sus habitantes.