Este tercer tomo prosigue, desde san Agustín hasta la Ilustración, la historia de las iglesias cristianas iniciada en el volumen precedente. Estudia igualmente a Mahoma y la aparición del Islam, y consagra largos capítulos a las místicas judía, cristiana y musulmana. Para finalizar, aborda también las herejías, las prácticas populares y el esoterismo, añadiendo algunos capítulos dedicados a las religiones euroasiáticas y tibetanas.