Santa Teresa de Lisieux ha sido un huracán de gloria desde su muerte a los veinticuatro años de edad. Teresa fue una joven carmelita que impresionó a toda clase de personas en todo el mundo: intelectuales y analfabetos, activos y contemplativos, cristianos fervorosos y no practicantes, y hasta incluso a no cristianos. Teólogos eminentes como Philipon y H. Urs von Balthasar han puesto de relieve la vida y los escritos de esta mujer oculta en el Carmelo. Con el título de Historia de un alma, Inés de Jesús, priora del mismo convento y hermana de la santa, publicó, algo retocados, los «Manuscritos autobiográficos» de Teresa un año después de su muerte. Traducciones y reediciones la dieron a conocer por todo el mundo. Desde el año 1957 se ha logrado la edición auténtica, sin añadiduras ni recortes, de dichos manuscritos: pura transparencia de vida evangélica, amor filial a Dios Padre, cristificación redentora en bien de sus hermanos y de todo el mundo misionalmente abrazado.