En los últimos años la expresión "cine transnacional" se viene utilizando como sinónimo de "cine contemporáneo" puesto que las actuales condiciones de producción, distribución y consumo cinematográficos conducen a unas transformaciones, también estéticas, que difícilmente pueden explicarse desde las culturas y políticas nacionales. La imposibilidad o, como mínimo, la dificultad de asignar una nacionalidad única o mayoritaria constituye una de las principales características del cine, y de la producción audiovisual, contemporáneos. Los textos incluidos en esta edición se ocupan de estas transformaciones a través de ejemplos relacionados con espacios geopolíticos (los países que componen Mercosur); la recepción y el consumo de producciones audiovisuales latinas en Estados Unidos o con el análisis de espacios ficcionales transnacionales: la ciudad global, la frontera y otros no lugares contemporáneos. Estos trabajos coinciden en una idea más general: el carácter transnacional del cine contemporáneo no es un asunto estrictamente cinematográfico, sino también político, pues tanto su realidad como su imaginario geopolítico afectan también al propio concepto de ciudadanía.