Él tiene otro nombre, "Israel", el mismo de un país y de un pueblo. Su historia, llena de giros, se cuenta en el libro del Génesis, después de la de Abrahán, el primero de los patriarcas. Todos recordamos sus altercados con su hermano Esaú o su tío Labán, sus matrimonios con Lía y Raquel. Pero, al verlo más de cerca, nos preguntamos: ¿por qué está vinculado a Siquén y a Betel? ¿A qué se deben tantas andanzas, artimañas, temores y luchas? ¿Qué modelo puede encontrar un lector actual en él? Este cuaderno aborda estas cuestiones desde una perspectiva histórica y literaria.