Muchos de los tópicos regionales se forjaron a fines del XIX o principios del XX. Pintores, arquitectos y exposiciones internacionales tuvieron un papel crucial en la definición y visualización del carácter idiosincrático de cada región. Este libro compara la construcción de identidades regionales en España con la de Francia y Alemania, y pone de manifiesto que los cuadros, casas y pabellones regionalistas se interpretaron como una muestra de la diversidad (regional) dentro de la unidad (nacional). La misma situación se daba en regímenes más o menos democráticos, la dictadura de Primo de Rivera y el estado totalitario de la Alemania nazi. La cultura del regionalismo se convirtió en parte de una nueva fase del proceso de nacionalización.