¿Cuánto no se ha dicho de la Atlántida, la isla-continente tragada por las aguas del mar? De ella nos habla Platón que envolvió su relato en brumas míticas. Para Platón no cabía dudar de la existencia real de la Atlántida; incluso "documentó'' su desaparición fijándola con una fecha aproximada. Eso no cambia que hasta nuestro todavía joven siglo xxi, firmemente empalmado a su predecesor, el xx, pródigo en descubrimientos y adelantos técnicos que han empequeñecido y estrechado el orbe terráqueo, ninguna prueba se haya hallado que confirme su problemático haber sido. Tampoco, en verdad, se ha demostrado que nunca fuera y, en siendo así, a cada quién le cabe inclinarse por una u otra opción, pero sin olvidar que la cuestión oscila en dimensiones no-tangibles en las que no cabe asumir posiciones intransigentes.