James Garvey nos confronta a uno de los mayores retos de nuestra generación: el cambio climático provocado por la acción del ser humano sobre el medio ambiente. Para el autor, la dimensión ética del cambio climático es indudable: es una responsabilidad concreta a partir de decisiones concretas tomadas sin la necesaria evaluación de riesgos. El daño causado es inmenso, pero aún no es totalmente irreparable si de él sabemos extraer las consecuencias y oportunidades que las circunstancias han provocado