Su vocación poética fue tan temprana que sus primeras poesías se conocen como del “periodo escolar”. En sus obras iniciales se define su ya temprano eclecticismo entre lo clásico y lo romántico. Sus grandes poemas narrativos, en particular Eugenio Onieguin, representan una de las cumbres de la poesía de todos los tiempos. Pero no es menos brillante su producción en prosa, sobre todo La hija del capitán. Murió en un duelo de pistola a la edad de 38 años