¿Tiene algún sentido la vida de un ser humano? ¿Y mi propia vida? El siglo XX comenzó en Europa con la conciencia de que todo un orden social se estaba desmoronando y de que había llegado el momento de cambiar profundamente las cosas. Escritores como Franz Kafka supieron reflejar esa situación y señalar sus rasgos más característicos: los seres humanos están perdidos en las redes de una sociedad cada vez más compleja, más tecnificada y más burocratizada. Dar sentido a la propia vida ya no es tan sencillo y todos tenemos que asumir nuestra responsabilidad en la búsqueda de respuestas, aunque la existencia humana parezca absurda y la aparente normalidad de la vida cotidiana trate de ocultar la sinrazón dominante.