Josep Fontana nos muestra un modo nuevo de analizar y comprender la crisis del Antiguo Régimen: el proceso del que surgió la España Contemporánea. Aunque el estudio se centra en la etapa de 1814 a 1820, cuando se pretendió reinstaurar la monarquía absoluta, los problemas que aquí se plantean desbordan ampliamente dicho marco cronológico. En La quiebra de la monarquía absoluta todos los episodios resultado de intrigas palciegas o la sucesión de las intentonas revolucionarias encuentran explicación adecuada en un enfoque más amplio que el de la política histórica tradicional: en un enfoque de historia total que integre el estudio de los problemas económicos, de las tensiones en el seno de la sociedad española y de las actitudes políticas e ideológicas de los distintos grupos sociales. La conducta de los hombres no se nos aparece entonces como ese gratuito tejer y destejer que siguen mostrando muchos libros dedicados a la época de Fernando VII, sino que cobra sentido y coherencia. Muchos son los aspectos sobre los que La quiebra de la monarquía absoluta presenta nuevos puntos de vista. La historia política se ve enriquecida con la aportación de fuentes inéditas, en la que los propios dirigentes del estado nos pintan la dramática situación de un país que había llegado al fondo de la humillación y la miseria. Más importantes son aún las novedades que afectan a la historia económica de comienzos del siglo XIX, y en especial a la historia de la Hacienda en los años difíciles que siguieron a la guerra de la Independencia, cuando se ensayaron las discutidas reformas de Garay. Pero lo más interesante y original del libro del profesor Fontana es el intento de examinar globalmente la evolución de la sociedad española en unos años que vieron producirse la quiebra de la monarquía absoluta tradicional y la germinación de las primeras semillas de una época nueva.