Hasta las infelices hortalizas que esperan su postrer destino confinadas en una oscura despensa, llega la noticia de que un grupo de personajes ha manifestado su intención de proclamarse independientes y de constituirse en un estado propio. -¿Por qué no hacemos nosotros lo mismo? -propone un robusto puerro a sus camaradas-. ¿Por qué no nos proclamamos también independientes? La idea es acogida con entusiasmo y, aprovechando que los dueños de la casa están de vacaciones, las hortalizas deciden discutir el proyecto sobre el mármol de la cocina, exponiendo por turnos diferentes recetas gastronómicas que, a modo de bandera o de constitución, pueda representarlas dignamente a todas. Cada hortaliza justifica y defiende con entusiasmo su receta, es difícil llegar a un acuerdo. Y más si los guisantes se constituyen en grupo disidente ..... Una divertida fábula gastronómico-política.