Una mujer apuñalada en un pueblo de Zaragoza podría ser un trabajo más para Bevilacqua y Chamorro, pero la víctima es una célebre periodista casada con un consagrado escritor catalán. Parece ser un crimen pasional en un mundo de vanidades, lleno de tapujos y secretos, y con ramificaciones hasta en los sórdidos bajos fondos de Barcelona.