En este libro participan especialistas de diferentes campos científicos como la sociología, la filología, la historia, la antropología, el derecho, la filosofía, etc. La reflexión sobre identidad y religión debe construirse teniendo en cuenta la distorsión que la perspectiva de la modernidad produce, y que hay que calibrar. En efecto, el que la religión continúe siendo una seña de identidad resulta, cuanto menos, sorprendente, pues había dejado de ser el instrumento para entender el mundo y se había convertido en superstición para la nueva sociedad industrial, que consideraba la ciencia como único modelo de explicación. Por tanto, la identidad no la conformaba la religión, sino otros factores como la ciencia, la política y, sobre todo, la riqueza. Así pues, la religión como factor de identidad no es únicamente un tema académico, presente en los estudios sobre la Historia de las Religiones desde su génesis, sino que se trata también de un estímulo al debate que, en épocas de crisis y de profundos y radicales cambios como la actual, resulta imprescindible. En el momento histórico actual los países de Occidente tienen que enfrentarse a nuevos desafíos, en la medida en la que la globalización y la inmigración plantean cada día una confrontación con otras identidades religiosas; se impone, por tanto, como ineludible una reflexión sobre las dinámicas de exclusión/inclusión.