El autor, que ha compuesto varios libros sobre los sacramentos para esta misma colección, más que abordar el sacramento de la unción de los enfermos desde una perspectiva doctrinal o ca-tequética, ofrece en estas páginas unas píldoras de luz y de sabiduría a las personas que sufren el rigor de la enfermedad o que ven próximo el desenlace de esta vida. Píldoras que a modo de alimento o viático diario les permita afrontar esta etapa con esa serenidad y paz que solo la fe en el Resucitado es capaz de dar. «Todo se podría reducir a esto: la verdadera salud consiste en estar en contacto con el amor de Dios, que domina toda nuestra existencia, y no solo cuando estamos enfermos o cerca del final. El amor que recibimos de Él y el que tratamos de dar como respuesta es la razón de nuestra exis-tencia y también lo que hace la vida saludable». Completan estas páginas dos breves intervenciones de Benedicto XVI sobre la unción de los enfermos